Regalaras mis palabras como si fuesen tuyas. Yo se que lo regalado no se devuelve. Desde niño he sabido perder, no me duele que los besos que antes fueron míos sean ahora de otros. Lo hombre me hizo creer que alguna vez me perteneciste. Estos años te han enseñado a hablar como hablo, alguna tarde estornudare y tu te sonaras la nariz por mi.
Los rompecabezas se completan solos y cabe mencionar que la pieza que siempre falta es la de uno mismo, y no la del otro o otra que uno espera encontrar.