
... Aun te miro y es evidente que lo sabes.
Aunque acostumbrabas repetirlo infinidad de veces, nunca se me quedo grabado el hecho, como realidad, sino como una curiosa anécdota. Me indicabas, porque era eso, una indicación, casi una orden, que eras lo mejor que me había sucedido. Llegaste como salvación de un pasado tortuoso, escandaloso y desgraciado.
Yo, por lo contrario, o mejor dicho, para no quedarme atrás, ante cualquier propuesta o proyecto alargaba dicha fecha, aludiendo que si ella había esperado mas de 25 años en conocerme, no le costaba nada, esperar unos días en realizar lo que me proponía. Y así atrasaba, como quien no quiere la cosa, casi todo lo que me sugería. Concluyendo, que esa espera, esos años, no habían significado en nada, algo provechoso.
Me amaste, y quizás allí nació tu error. No te juzgo, no soy quien para hacerlo, mas si te dejo juzgarme, con quien quieras o con quien juzgue provechoso escucharte reclamarte cosas que no pudiste hacérmelas, porque sabías que no hubieses obtenido respuesta alguna. Nunca faltan oídos que agudicen su sentido de percepción y lo conviertan en viejas maneras de seducción. Un domingo en algún parque de Miraflores, o varios domingos bastaron para su desahogo, y para el, un cariño.
Mi Vida es escapar, me toco ese papel, hago el intento de realizarlo de la mejor manera, aun me cuesta adicionar algo de sinceridad en mis expresiones, en mi andar, aun estos ojos no dejan de mentirte, aun esta tristeza no convence.
Por otro lado, al igual que tu, o al parecer, tu al igual que yo, voluble, dices ser feliz, fingiendo felicidad.
Que torpe amar a un gitano como yo, te besare y luego me lavare la boca, es tarde, tengo que dormir.