martes, 13 de agosto de 2019

Irrealidades

En una de estas siestas por la tarde, que me ha regalado el desempleo, engendre un sueño, yo que no soy de soñar. Imagine vivamente una situación extraña. Estaba en una casa vieja, aparentemente visitando a algún familiar, con la prontitud que ameritaba huir, a caballo. Alargue entonces una frase que no tengo ahora presente, pero que recordare, eso no me preocupa. Sin embargo, quien la escucho no fue el interlocutor de aquella vieja posada. Si no un anciano que estaba descansando en un cuarto al fondo de aquella casa. Al acercarse este, adivine que era Borges. Entre su forma pausada de hablar, repitió mi frase y aclaro que era de un tal Polifemo. Supuse que hacia referencia quizás a algún filosofo griego a quien quizás, en alguna oportunidad pudiera haber escuchado y que ante la ignorancia, pudiera haber hecho mía una frase que no me correspondía. Refutarlo seria un error, ese hombre tenia el universo en su cabeza. Pero luego, cierta razón me hizo dudar el hecho. Borges en una vieja posada y con una edad evidentemente ya avanzada. ¿No habrá desvariado? Atine en advertir mi pronta salida a caballo. A lo que me recomendó, este anciano, mayor cordura. Que suponer bajar aquellas escaleras para luego andar a caballo, simulaba de por si, una sociedad mas avanzada. Corrigiendo el sueño dentro del mismo. Luego supuse que yo era en si Polifemo y que el viejo Borges, sabia de mi, de mucho antes. 

Ya despierto busque aquel nombre, que si llegue a retener. Resultaba ser un Cíclope, el mas famoso, hijo de Poseidón. Barbudo y con orejas de Sátiro. ¿Alguien de un solo ojo? Cegado ebrio por Ulises quien se presento como "nadie". 

Evidentemente se trato de un resultado psicológico respecto a lo que estaba aconteciéndome. Nadie si no yo mismo, es capaz de causarme tanto daño.

Resultado de imagen para polifemo

Vejez Prematura

Quizás en la madurez, podamos advertir que aunque no aflore el afecto y las ansiedades juveniles no justifique algún sacrificio inmediato, sugiriéramos algún amor tranquilo, que bajo las perspectivas o bajo este invierno, merezcan alguna unión. Una unión por lo que se llego a amar, mas no por lo que se pueda llegar a amar ahora. Toda cúspide tiende a declinar y a veces es mejor mantener ciertos modales y costumbres, porque el dolor y la soledad, aunque se trate de una característica de los seres inteligentes, tienden a aclarar que la necesidad de alguien es estrictamente necesaria y confortante luego de un día cualquiera, que ante las constantes circunstancias, que no buscamos pero con las que nos topamos, viene a ser siempre agradable encontrar un rostro que conozcamos bien, que a pesar de la supuesta carencia de afecto, justifique aquella jornada. Es peor llegar solo por unas tostadas a prender la televisión y revisar las noticias que suceden siempre igual aunque con diferentes personajes. No es de extrañarse, cuando a pesar del pesimismo que pudiera generar la costumbre, recordemos que en el crecimiento del afecto inicial, hubieron también días en los que no sabíamos que decirnos, noches o tardes en los que estábamos simplemente mirando el horizonte, la forma de una piedra o pensando en huir quizás. No es de extrañarse que estas escenas puedan repetirse en la seguridad de un espacio cualquiera, con las mismas personas a quienes ocultamente aun amamos. ¿La seguridad es entonces la simulación de la costumbre? ¿Cruzar ese puente nos generara encontrar a alguien al otro lado? Retomar una relación es en si, bajo estos términos lógicos, aceptable. Nunca es enteramente por amor, si no por lo que suponemos de el, o de lo que halla quedado. Es la búsqueda de una costumbre sobresaliente que nos ayude a sobrellevar la programación de nuestros días. Al fin y al cabo, iniciar algo es repetir algunas circunstancias pasadas, intentar en el olvido alguna novedad que pensáramos no vivida. La suma de cuerpos no engendra ninguna admiración, las personas buscan enamorarse constantemente y fracasan. Algunas cambian y modifican el verso libre y sincero por alguna frase construida y ajena, que intente encerrar alguna idea, alguna verdad que sustente su nueva forma de ser. Lo peor de retomar algún pasado es saberse equivocado, que aunque nadie cambie sea una verdad, pueda esta contrariarse. Es verdad, las cosas no se repetirán y aunque adivinemos los mismos errores y los mismos defectos, el problema es que esperemos encontrar alguna sapiencia en aquellos personajes cuya característica esencial de la ignorancia causaron todo afecto.  

Resultado de imagen para magritte