En una de estas siestas por la tarde, que me ha regalado el desempleo, engendre un sueño, yo que no soy de soñar. Imagine vivamente una situación extraña. Estaba en una casa vieja, aparentemente visitando a algún familiar, con la prontitud que ameritaba huir, a caballo. Alargue entonces una frase que no tengo ahora presente, pero que recordare, eso no me preocupa. Sin embargo, quien la escucho no fue el interlocutor de aquella vieja posada. Si no un anciano que estaba descansando en un cuarto al fondo de aquella casa. Al acercarse este, adivine que era Borges. Entre su forma pausada de hablar, repitió mi frase y aclaro que era de un tal Polifemo. Supuse que hacia referencia quizás a algún filosofo griego a quien quizás, en alguna oportunidad pudiera haber escuchado y que ante la ignorancia, pudiera haber hecho mía una frase que no me correspondía. Refutarlo seria un error, ese hombre tenia el universo en su cabeza. Pero luego, cierta razón me hizo dudar el hecho. Borges en una vieja posada y con una edad evidentemente ya avanzada. ¿No habrá desvariado? Atine en advertir mi pronta salida a caballo. A lo que me recomendó, este anciano, mayor cordura. Que suponer bajar aquellas escaleras para luego andar a caballo, simulaba de por si, una sociedad mas avanzada. Corrigiendo el sueño dentro del mismo. Luego supuse que yo era en si Polifemo y que el viejo Borges, sabia de mi, de mucho antes.
Ya despierto busque aquel nombre, que si llegue a retener. Resultaba ser un Cíclope, el mas famoso, hijo de Poseidón. Barbudo y con orejas de Sátiro. ¿Alguien de un solo ojo? Cegado ebrio por Ulises quien se presento como "nadie".
Evidentemente se trato de un resultado psicológico respecto a lo que estaba aconteciéndome. Nadie si no yo mismo, es capaz de causarme tanto daño.
