Hoy, aunque no se ajuste a la verdad.
Ya que podría ser cualquier día o noche,
Iré por un trago al Cordano.
Ya tengo la ubicación, debajo del perchero, al costado del muro.
En Aquella mesa, donde Martín pedía un vino y servilletas a falta de papel, para escribir.
Yo por lo contrario, me acomodare con una cerveza y esperare.
Sin explicarme aun mi torpeza o cualidad para engendrar distancias.
Darme razones a estas alturas, es una tarea contradictoria.
Ya que atendida la duda, por encanto, sucedo a las mismas faltas.
Yo no quiero que me digas te amo,
prefiero mas el odio ajeno que su afecto.
Me dejaras de gustar el mismo día que me quieras,
soy todo lo contrario a lo que puedes esperar de un tango.
Cínico, perro, desprolijo, eticoso, contestatario, cuestionador.
Yo no quiero tener un lugar a donde regresar,
ni una cama segura en donde dormir,
Yo niego cualquier cosa vivida,
a los demás, les dejo la seguridad de su pasado.
Yo busco justificar siempre lo que me queda de día.
Detesto esperar algo de los demás,
por eso evito enamorarme.
Elijo muy bien a mis amistades, por eso no tengo ninguna.
Me basto conmigo mismo.
Y dirás quizás aun.
Si esto importase.
Que las palabras parecen ser contradictorias a los hechos.
Y desde cuando tu, has sentido mas afecto
y calor en alguna linea leída
que en un abrazo fuerte, de esos, que nos encerraban.
Esos que urgen en estos días preocupados y cobardes.