Esta imaginación me permite someterte, lo cual genera constantes tensiones que conllevan una erección inútil, propia de la carente realización. Si me imaginaras, como comentas, tendrías las mismas ganas o mas que me genera ahora tu roce, tus besos, tu cuello y la presión de nuestros cuerpos en el abrazo. No se que es mas triste, solo imaginarte o de una vez terminar esta ridícula farsa. Lo segundo es lo mas racional.
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