Te extraño mi cara de loco,
despertar sin ropa,
tan café con leche.
Extraño tus fines de semana,
esas oportunidades desaprovechadas
y tu ironía en el afecto.
Hoy te hablo y no.
Hoy te niego y no.
Hoy agudizo aun mas la vista,
porque tenerte cerca no nos salva.
Quizás el rojo que te has puesto en los labios,
justifique aquellas heridas que terminen apareciendo
sabiendo reprochármelas.
Y así, poco a poco,
en este silencio incomodo,
sepamos sobre-llevarnos.
Hoy te extraño y no.
Aun puedo esconderme y evitarte.
Ya vez, también se fingir.
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