lunes, 5 de noviembre de 2018

Noche Extraña

Te veo en la pantalla y con los dedos, toco pecas de cristal.


Estaba lloviendo y te acercabas, me causo gracia ver, que quien cargara tu mochila era otro. Un paciente caballero. Sin envidias y sin miedos, te vi del segundo piso y desapareciste debajo de aquel balcón colonial, al día siguiente, ya cada uno tenía sus pesos, el mío más ligero claramente, ya el olvido también era una victoria y un perdón.

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